La traducción y el nuevo orden mundial
El idioma, la única institución social sin la cual ninguna otra puede funcionar, incluye los tres pilares sobre los cuales la cultura se construye: el “personal”: mediante la cual nosotros como individuos pensamos y funcionamos como tal, el “colectivo” por la cual funcionamos en un contexto social y el “expresivo” mediante la cual la sociedad misma se expresa.
. Cuando traducimos necesariamente nos adentramos en la transposición de pensamientos expresados en un idioma a otro lo cual implica un proceso de decodificación, re codificación y transcodificación cultural.
Gracias a la revolución de información de la cual todo el orbe participa en mayor o menor grado, las culturas se van interrelacionando cada vez más, hecho que nos lleva a volcar nuestra atención hacia el multiculturismo, fenómeno que impacta en el campo de las relaciones internacionales emergentes del nuevo orden mundial.
A medida que las nuevas tecnologías se desarrollan y crecen a un ritmo avasallador, las naciones y sus culturas, consecuentemente, han comenzado un proceso de fusión cuyo final es impredecible. Nos encontramos en los umbrales de un nuevo paradigma internacional donde las divisiones y los límites geográficos y culturales que en otrora estaban bien delineados ahora se funden y confunden dando paso a una nueva Sociedad Mundial.
Ahora ¿cómo influyen todos estos cambios en nosotros cuando trabajamos en la comprensión de un texto que será finalmente traducido? No tratamos simplemente con palabras escritas en un papel. Es mucho más que eso: esas palabras están escritas dentro de un determinado contexto (tiempo, espacio, situación sociopolítica) donde el tiempo y el espacio también juegan su parte. El proceso de transferencia, recodificación a través de culturas, debe por lo tanto ser localizado considerando la cultura destino para garantizar la credibilidad a los ojos del lector destino.
Como traductores tratamos con una cultura extraña que busca que su mensaje sea transmitido de esa forma. La cultura expresa sus idiosincrasias en una forma que es “cultura-vínculo”: palabras culturales, proverbios, expresiones idiomáticas cuyo origen y uso están intrínseca y únicamente ligados a la cultura en cuestión. Nos encontramos inmersos en una traducción transcultural cuyo éxito dependerá de nuestra comprensión y conocimiento de la cultura con la que estamos trabajando.
Ahora bien, cuál es nuestra tarea principal, ¿centrarnos en la cultura fuente o en la cultura destino? Siguiendo la línea de pensamiento que vinimos trazando el criterio dominante es la función comunicativa del texto destino.
Tomemos un ejemplo simple: la correspondencia commercial. Aquí seguimos el protocolo comúnmente observado en la lengua destino: un “ saludo usted atentamente” se convierte en “Sincerely” o “Truly yours” en inglés o “Vieullez agréer Monsieur, mes sentiments les plus distingués” en francés.
Entre todos los enfoques de la traductología, encontramos el “Enfoque Integrado” el cual responde al paradigma global en virtud del cual lo más importante es tener una visión global del texto en mano, desde el nivel macro al micro de acuerdo con el principio Gestalt que establece que el análisis de las partes no pueden aportarnos la comprensión del texto en su totalidad y así los estudios en traducción se comprometen esencialmente con una red de asociaciones: texto, situación y cultura.
En conclusión, podemos señalar que el proceso de transcodificación debe suponer no meramente la transferencia de lenguas sino, esencialmente, la transposición cultural. Como consecuencia inevitable de lo antedicho, nos urge la necesidad a nosotros los traductores, a fin de alinearnos con esta nueva realidad, de acceder no solamente a una condición de bilingües sino biculturales y quizás hasta de multiculturales.
Alejandra P. Karamanian
Certified Legal Translator
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