Correctores
Se podría decir del trabajo de los correctores lo mismo que se aplica a los traductores:
una buena traducción (corrección) es como un vidrio, parece invisible cuando no hay errores/manchas. Un trabajo, como el de los traductores, que en la mayoría de los casos no recibe el reconocimiento en las páginas de créditos de los libros. Un corrector no es un detective --anteojos, lupa en mano, y diccionario bajo el brazo-- buscando errores y erratas; es un profesional que posee conocimientos técnicos y saberes específicos. Para conocer sobre la especificidad de las tareas de los correctores les recomiendo la lectura de “¿Corrector o corruptor? Saberes y competencias del corrector de estilo”, por María Marta García Negroni y Andrea Estrada (disponible en .
Los
libros de estilo son una de las principales obras de referencia de los correctores. Sin embargo, muchas veces la labor de estos profesionales que fiscalizan la calidad de los escritos está supeditada a los
manuales de estilo –y sus correspondientes criterios de unificación-- propios de la editorial para la que realizan un determinado trabajo. En el mundo de la corrección hay libros consagrados (y sagrados), entre ellos contamos con los de
José Martínez de Sousa. Todas sus obras pueden consultarse en . En su
Manual de edición y autoedición (1994), encontramos las tareas que corresponden a los correctores de estilo, los de galeradas o pruebas y los de paginadas. Las listas de tareas que indico a continuación están tomadas de este manual. En un próximo artículo escribiré con más detalle sobre las funciones de los correctores.
Corrector de estilo
En esta etapa se revisa el original. Antiguamente se trabajaba sobre el manuscrito pero hoy se trabaja sobre el original digitalizado impreso. Aunque cuente con un manual de estilo, el corrector debe elaborar una
hoja de estilo con las decisiones editoriales que luego se revisarán durante la corrección de prueba. ¿Qué es una hoja de estilo? Jacqueline Murillo, cuyo blog Nisaba recomiendo, nos explica:
Es el conjunto breve, puntual y conciso de las decisiones editoriales que se aplicarán durante la revisión. Si la revisión es de contenidos, estas decisiones serán el sumario de los aspectos débiles de la obra y con qué tono y estrategias se atenderán. Si la revisión es de estilo y comunicación, estas decisiones implicarán correcciones de redacción, sintaxis y discurso. Si la revisión ya es ortotipográfica, estas decisiones también suponen la unificación tipográfica de la obra en todos sus detalles.
Cabe señalar que en inglés la corrección de estilo se denomina
copyediting. Por eso muchas veces al corrector de estilo se lo llama ‘editor de estilo’ o simplemente ‘editor’, lo que es un calco del inglés.
Tareas de corrector de estilo:
- Unificar criterios terminológicos, ortográficos, gramaticales.
- Adaptar el tono del original al lector.
- Comprobar las dudas que surjan con obras de referencia.
- Anotar las dudas que pueda resolver el autor del texto original.
- Aplicar las reglas ortotipográficas, en el caso de que la corrección se efectúe en galeradas.
- Realizar una correcta gradación de niveles de contenido.
- Comprobar que no se haya omitido nada y que se haya respetado el original si se había traducido.
- Definir unas normas para las siguientes correcciones que se efectúen.
Corrector de galeras o de pruebas
En esta etapa se realiza la corrección ortotipográfica utilizando los signos de corrección que establece la Norma UNE 54-051-74 (http://www.escritores.org/cursos/anexos/une_54051=1974.pdf">. Muchas veces el corrector de pruebas trabaja junto con el diseñador ya que la corrección de pruebas debe prestar especial atención a aspectos formales del texto (como la dimensión de la caja tipográfica, los espacios, las calles, etc.). La digitalización de los originales ha vuelto obsoleta esta segunda etapa (García Negroni y Estrada, 2006:28), porque las “galeradas” ya están compaginadas en las versiones digitales. Hoy la corrección de pruebas también se denomina
revisión (recordemos que etimológicamente revisar es volver a ver o ver con nuevos ojos) e incluye la corrección tipográfica final, que en esta explicación ubico como tercera etapa. En inglés, la corrección de pruebas se denomina
proofreading.
Tareas del corrector de galeras:
- Valor de las sangrías.
- Regularidad del espaciado.
- Número de divisiones seguidas.
- Coincidencia, en dos o más líneas consecutivas, de palabras o partes de palabras iguales.
- Unificación de notas, bibliografía, etc.
- Unificación de mayúsculas, minúsculas, negritas, cursivas, etc.
- Detección de posibles incoherencias en el contenido del texto.
Corrector de paginadas
En esta etapa, los materiales gráficos (fotos, ilustraciones, infografías, notas a pie de página, etc.) ya están ubicados en las páginas; entonces se pasa a la corrección tipográfica final.
Tareas del corrector de paginadas:
- Revisión de las correcciones de las galeradas.
- Correlación de folios, signaturas, libros, partes de secciones, capítulos, etc., es decir, de la ubicación de los diferentes elementos en las páginas.
- Comprobación de los blancos o líneas blancas y márgenes.
- Revisión de líneas cortas; viudas, huérfanas o líneas sueltas al final de una página o al principio.
- Comprobación de que todas las tablas, grabados y fotografías estén en su sitio correspondiente.
Correctores de contenidos
Estos se ocupan, especialmente en la edición de textos técnicos y científicos, de revisar el contenido conceptual y la terminología específica.
Bibliografía recomendada
Libros de José Martínez de Sousa. Ver
Ponencias del 2° Congreso de Correctores, Buenos Aires, septiembre de 2011. Disponible en
Billingham, J. (2007).
Edición y corrección de textos. Buenos Aires: FCE.
Valle, P. (1998).
Cómo corregir sin ofender. Lumen.
Zavala Ruiz, R. (1995).
El libro y sus orillas. México: UNAM.
Zorrilla, A. M. (2004).
Normativa lingüística española y corrección de textos. Buenos aires: Litterae.